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Queridas familias y amigos de Afam, con esta carta pongo fin a mi etapa como presidenta de esta asociación por motivos de índole personal. Es una decisión muy meditada y han sido unas semanas muy intensas para mí porque se acaba una parte significativa de mi vida. Ha llegado la hora de dar paso a otras personas y talantes nuevos para seguir llevando a cabo esta labor. La situación de Afam ahora es muy buena y hay que seguir consolidándola y haciéndola crecer en todos los sentidos.
Recuerdo con cariño el día de su inauguración hace ya siete años y ha sido para mí un gran honor formar parte de ella desde sus comienzos. Por ello, es un orgullo el haber presidido Afam en estos últimos cuatro años, donde la he visto crecer y afianzarse cada día más.
Esto te hace ver que las personas pasamos y no somos imprescindibles. Lo único que debe perpetuarse son los valores y la misión para la que se creó esta asociación.
Vuelvo la vista atrás a aquella tarde de verano en la que Loreto, la fundadora, nos pasa el relevo de la dirección de la asociación a un grupo de amigas y socias. Formamos entonces un equipo lleno de ilusión, y con la misión de dirigir esta gran familia a cumplir las metas por las que se creó.
Eran tantas las ideas y proyectos que queríamos desarrollar que nuestras reuniones eran numerosas y larguísimas. Y es que nos faltaban horas para poner en marcha tantos proyectos y metas por conseguir.
Había que fortalecer la estructura de la asociación, por lo que, en primer lugar, se terminó de formalizar la parte burocrática. Tuvimos que trabajar mucho para conseguir una sede, donde tener un espacio fijo y poder compartir e intercambiar la experiencia de la adopción entre las familias. Por supuesto, había que dar presencia a la asociación en la web y en las redes sociales. Para nosotras fue como empezar de cero, pero se puede afirmar que gracias a este trabajo de fortalecimiento de la estructura de la asociación, se ha podido empezar a llevar a cabo todos los proyectos y actividades que llevamos realizando en estos últimos años.
En todo este tiempo hemos llevado a cabo actividades y convivencias inolvidables. También hemos conseguido subvenciones para realizar actividades de formación y apoyo para sus familias, además de preparar galas, teatros y fiestas benéficas para ayudar a diferentes instituciones dedicadas a la atención de menores.
Por todo esto, se puede afirmar que en esta etapa AFAM se ha convertido en una de las asociaciones más activas y reconocidas en el mundo de la adopción. Me llevo la gran satisfacción de haber presidido este periodo tan importante de la asociación.
Tengo que agradecer a todos los colaboradores, profesionales, entidades y asociaciones que nos han prestado su ayuda en todo momento. Y de manera especial a Daniel Rosso Lobo, socio de honor, por su gran ayuda en nuestros comienzos. No dudó en impartirnos talleres, guiarnos y presentarnos a grandes personalidades de la
adopción. Hizo que la cuesta arriba fuera más llevadera. No he podido tener mejor maestro.
Por supuesto, nada de lo logrado se podría haber conseguido sin un gran equipo como con el que he tenido el placer de trabajar. Con ellas no sólo he compartido trabajo, sino una sólida amistad que nos va a durar toda la vida. Me han enseñado que la unión hace la fuerza y que la ilusión y el trabajo, si se ponen en conjunto, se pueden conseguir grandes metas. Desde esta carta solo puedo darles las gracias por estar ahí y ser como son. Puedo asegurar que AFAM se queda en las mejores manos.
Tengo que dar las gracias a mi familia, mi marido y mis hijos, por permitirme robarles tanto tiempo y momentos juntos.
Por último, quiero agradecer a las familias socias de AFAM su confianza depositada en mí. Me han hecho sentir muy querida y saber que todo el tiempo y esfuerzo ha sido bien empleado. Una de las mejores cosas que me llevo es haber podido formar parte de vuestras experiencias. Me habéis abierto vuestro corazón y hemos vivido juntos los mejores momentos, los no tan buenos y esos momentos terribles, en los que más apoyo habéis necesitado. Sois fabulosos y me ha encantado ver crecer vuestras familias y ver cumplido vuestro sueño, ser padres adoptivos. Gracias por permitirme ser parte de ello.
Os quiero hacer una última petición antes de dejar mi cargo. Es imprescindible que sigáis apoyando a esta asociación. Y no me refiero sólo al apoyo económico, sino al más importante, que es vuestra experiencia. Es necesario que sigáis aportando vuestras vivencias, que pongáis en valor vuestras opiniones, que expreséis vuestras dudas, y que expongáis la forma en la que las habéis resuelto. Todo esto es lo que va a mantener el motor de la asociación en marcha.
Me tendréis siempre a vuestra disposición
Se despide con cariño: María Martín Titos.

 

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